Categoría: 23/F
LA OTRA CARA DE LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA: UN PROYECTO DISEÑADO POR LA CIA Y LA SECRETARÍA DE ESTADO
Antes de adentrarnos en la contrahistoria de la Transición hay que considerar dos antecedentes históricos muy importantes que influyen en el proceso sociopolítico y económico que fue la Transición, que son necesarios para comprender la participación de la CIA en España con el fin de garantizar los intereses de las élites estadounidenses en el plano internacional, considerando a España de vital importancia geopolítica, y de las franquistas a nivel nacional. Éstos son los acuerdos bilaterales entre Estados Unidos-España (Franco-Eisenhower) en el año 1953 y la Operación Gladio.
Franco, Eisenhower y Velton Walters en el año 1959.
En primer lugar, en la década de los 50 durante la apertura económica del régimen franquista, concretamente el 26 de septiembre de 1953, se producen los tres acuerdos bilaterales de cooperación (pacto Franco-Eisenhower entre Estados Unidos y España, y suponen un apoyo internacional al régimen franquista tras su etapa de aislamiento al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos es consciente de la posición geoestratégica que ocupa España, en un contexto de guerra fría. Consiguen instalar bases aéreas y navales como las de Rota, Morón, Torrejón y Zaragoza. La CIA ya tiene el camino labrado para poder infiltrarse a través de la embajada norteamericana, ya que hay un punto en los acuerdos que dice literalmente “España debe aceptar todo el personal estadounidense como miembro de la embajada” (2007,Grimaldos, Alfredo. pág. 63).A partir de entonces, los militares norteamericanos comienzan a colonizar el ejército español captando personal de las filas españolas e incluso algunos reciben cursos de contrainsurgencia, es decir, la CIA empieza a financiar a los servicios de inteligencia españoles, especialmente se hacen con el control de un organismo clave que es el de Contrainteligencia como bien reconoce el coronel Perote el cual formaba parte de ese servicio. Tienen un enemigo en común, el comunismo.
En segundo lugar, los ejércitos secretos de la OTAN que son promovidos por la CIA y el MI6 británico el 28 de noviembre de 1956. Esta red actúa en todos los países miembros de la OTAN, pero también en los cuatro países neutrales: Suecia, Finlandia, Austria y Suiza. En Italia recibe el nombre de GLADIO y el gobierno italiano la hizo pública en el año 1990. La versión oficialista explica que los ejércitos clandestinos surgen inicialmente para actuar de manera relámpago en caso de invasión y guerra con la URSS pero ese no es el motivo de su surgimiento, puesto que comienzan a intervenir en los procesos políticos en tiempos de paz con ésta. El verdadero propósito era impedir que los partidos comunistas pudiesen llegar al gobierno en los países de la Europa Occidental. La red Gladio promueve golpes de Estado como el de los coroneles en Grecia, apoyan al dictador Salazar en Portugal, tortura y asesina a opositores políticos y práctica el terrorismo mediante operaciones de falsa bandera, es decir autoatentados en los que asesinan a civiles, provocados para culpabilizar y desacreditar al enemigo político e infundir el miedo por toda Europa, y de manera más acentuada en Italia para evitar que el partido Comunista ganase las elecciones puesto que tenía mucho apoyo. Dicha red clandestina actúa en España a través del SECED y posteriormente mediante el CESID, especialmente durante la transición y cuenta con el beneplácito de los gobiernos norteamericano, italiano, español, francés y británico En el caso español, la red Gladio dispone de campos de entrenamientos en Maspalomas, en la localidad de las Palmas de Gran Canaria, dirigidos por instructores estadounidenses como reconoce el Coronel Alberto Vallo. Los crímenes del Batallón Vasco Español, los GAL, el atentado en la revista satírica “El Papus”, la matanza de Atocha y el golpe de Estado del 23-F tienen algún tipo de vinculación con la red Gladio. Uno de los hombres con relaciones más estrechas con la CIA es el teniente general Andrés Cassinello. Fue entrenado en el Centro de Guerra Especial de Fort Bragg, en Carolina del Norte. Es uno de los lugares más recurrido para formar a militares latinoamericanos implicados en golpes de estado. Fue el cerebro del GAL verde, llega a ser director del SECED y jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, sin embargo no asume la responsabilidad que le corresponde cuando condenan a su subordinado Galindo por los secuestros, torturas y asesinatos de Lasa y Zabala.
En los últimos años de la dictadura y durante la Transición, España se convierte en la casa de acogida de ultraderechistas de distintos países, sobre todo de Italia, implicados en la red Gladio, los cuales disfrutan de protección policial para poder llevar a cabo sus atentados como bien demuestran las sentencias judiciales del juez italiano Pier Luigi Vigna “Los servicios secretos españoles utilizaron a exponentes radicales y violentos de los grupos italianos en las provocaciones ultras de los primeros años de la Transición[…].Participan en los sucesos de Montejurra, en el atentado de El Papus, en la matanza de Atocha y en otros muchos hechos sangrientos”(2007 Grimaldos,Alfredo.Págs. 93-94). Se reagrupan bajo el liderazgo del terrorista de extrema derecha, Stefano Belle Chiaie, cuyo apodo era Caccola. Caccola tenía vínculos con un antiguo nazi, Otto Skorzeny, el cual trabajó para el servicio secreto de Franco como consultor de seguridad y contrató a Caccola para perseguir a los opositores del franquismo tanto a nivel nacional como en el ámbito internacional. Caccola y los suyos provocaron enfrentamientos y desórdenes entre grupos políticos opuestos en Montejurra en 1976 para poder justificar la actuación represiva de la policía que se saldó con varios heridos y muertos. Caccola se mudó a Chile durante la Transición para colaborar con otro dictador puesto por la CIA, Pinochet, y estuvo implicado en el asesinato de opositores chilenos en la Operación Cóndor. Otro caso de impunidad y amparo estatal fue el de Carlo Cicuttini, el cual tenía relación con Gladio y participó en la masacre de los abogados laboralistas de Atocha en 1977 en Madrid. En 1987 la justicia italiana lo condenó a cadena perpetua por su participación en otra masacre en Italia pero España negó su extraditación ya que Cicuttini se había casado con la hija de un general español. Finalmente fue arrestado en el año 1998 en Francia.
Franco y su heredero político, Juan Carlos de Borbón.
Una vez explicados estos dos antecedes de vital importancia para comprender posteriormente lo que sería Transición y la implicación de la CIA en ella, cuyos agentes recibían cobertura haciéndose pasar por diplomáticos estadounidenses, pasaremos a profundizar en ésta. La Transición es presentada al público mediante la mentira, como una operación modélica y pacífica en la que se logra la reconciliación nacional y la conquista de la democracia mediante las figuras de Adolfo Suárez y el rey Juan Carlos sin el derramamiento de sangre. Nada más lejos de la realidad puesto que supone el enterramiento, el silencio y la falsificación de la historia, y dichos personajes no fueron los motores de la Transición. El régimen todavía puede seguir conteniendo a los movimientos populares aunque cada vez con mayor dificultad, los franquistas son conscientes de la necesidad de reformar la estructura política si quieren perpetuarse en el poder y no sufrir un aislamiento exterior, pero lo harán una vez que hayan debilitado a las fuerzas más organizadas de la oposición y al movimiento sindical. La Transición es un proyecto socioeconómico y político que se comienza a fraguar en Langley, en la sede central de la CIA y en la secretaría de Estado al inicio de la década de los 70, ejecutada en gran medida por el SECED, y uno de los contactos más importante de los Estados Unidos con Franco es el general Vernon Walters, quien posteriormente llegará a ser director adjunto de la CIA. Walters visitó España junto a Eisenhower en el año 1959 y con Nixon en el 1970 e hizo de intérprete en las conversaciones con las autoridades franquistas. Por aquel entonces, una de las mayores preocupaciones de Nixon en el ámbito internacional era tener asegurado el control del proceso de sucesión en España tras la muerte del caudillo, por eso Walters le comunica a Carrero Blanco la necesidad coordinar la actuación de los servicios norteamericanos y españoles. Las élites estadounidenses son conscientes del vital papel geopolítico que desempeña España para EE.UU y no pueden permitir que haya un vacío de poder en España, es lo que más temen, como bien señalan las declaraciones de Henry Kissinger en los documentos desclasificados de la CIA. Para ello tienen dos planes en coordinación con el SECED: la Operación Lucero que tiene como objetivo la defensa de todas las instalaciones civiles más importantes para garantizar el normal cumplimiento de las medidas del gobierno provisional durante la Transición; y la Operación Diana que es una intervención militar por parte del ejército español en caso de que se hubiera producido un vacío de poder, operación reconocida por el capitán Manuel Fernández Monzón, que fue el enlace entre el SECED y la CIA, el mismo visitó el Pentágono. En el año 1971 Walters recibe la misión de entrevistarse con Franco para que éste le informe de las decisiones políticas y militares que ha tomado el caudillo cuando él muera. Franco le dice que Juan Carlos de Borbón es su única alternativa para sucederle y que recibirá el apoyo del ejército- y por supuesto del imperio ya que presionará para que España entre en la OTAN-. Walters quiere asegurarse personalmente de que recibirá el apoyo del ejército y visita a distintos amigos que ocupan altos cargos militares y éstos le confirman que va a ser así. Dicha sucesión recibe el nombre de Operación Lolita.
Henry Kissinger, criminal de guerra y secretario de Estado de EE.UU, junto a Carrero Blanco.
En el mes de diciembre de 1975 el subdirector de la CIA, Arnaud de Borchgave, le dice a Juan Carlos que no puede mantener a Carlos Arias Navarro como presidente para poder llevar a cabo la Transición. Los candidatos a la presidencia son dos: Manuel Fraga y San José María de Areilza, pero no son conscientes de que EE.UU ha apostado por otra persona, Adolfo Suárez. Fraga queda fuera de combate tras su nefasta actuación en los sucesos de Vitoria y Montejurra. Areilza es víctima de unas escuchas realizadas por el SECED en las que se demuestra la íntima relación que mantenía con su secretaria, así que decide retirarse de manera “voluntaria”.Adolfo Suárez es el candidato elegido y respaldado por los estadounidenses, pero dicho apoyo tiene fecha de caducidad: hasta que se celebren las primeras elecciones “democráticas”. Suárez no cumple con el trato y se presenta de nuevo a las siguientes elecciones y vuelve a ser reelegido como presidente del Gobierno en el año 1979. Estados Unidos y el rey comienzan a presionar en el año 1980 para que España ingrese en la OTAN, a lo cual Suárez se niega oponiéndose a los intereses en política exterior de los americanos. Los orígenes del golpe de Estado ocurrido el 23-F hay que buscarlos en ese momento, ya que a pesar de su dimisión tras la presión del rey y dos militares no consigue frenar el golpe, ahora que ya tienen a un atlantista como Calvo Sotelo el golpe va a servir a otro propósito: “lavado” de imagen de la monarquía. Quien dirige y coordina los movimientos de los militares que participan en el golpe del 23-F es José Luis Cortina, un importantísimo miembro de los servicios de información. El día antes del golpe Cortina visita a Terence Todman, embajador estadounidense que en realidad es un agente de la CIA experto en apoyar dictaduras militares, y a Antonio Innocenti, monseñor del Vaticano, los cuales dan el visto bueno al golpe. Todman también se había reunido con el general Armada, su intención era suplantar a Suárez por Armada en el caso de que este no hubiera dimitido. Hay una lista del general Armada según Francisco Medina en la que Armada ocupa la Presidencia, Felipe González la vicepresidencia, Fraga la cartera de Hacienda y así con el resto de carteras en el caso de que hubiera sido necesario el triunfo del golpe, es decir, se repartían el botín. Junto a Todman, Alexander Haig, jefe de la estación de la CIA, ejecuta el plan. Otro militar español muy vinculado a los Estados Unidos es Federico Quintero Morente, persona experta en combatir actos revolucionarios y quien estaba en la embajada española durante el golpe militar en Turquía producido en 1980.También participa en la operación Galaxia (23-F) desde la sombra. A Quintero se le encarga la redacción de un “informe sobre el golpe de Estado a la turca” (2007200, Grimaldos, Alfredo. Pág. 185) para repartirlo entre los militares españoles meses previos al golpe, siguiendo las indicaciones de la CIA. Es decir, el golpe que planea la CIA en Turquía sirve como modelo para Milans, Tejero y demás militares implicados en el 23-F.Hay una frase que demuestra las tensiones entre los estadounidenses y Suárez pronunciada por éste: “A mí no me presiona nadie, y menos los norteamericanos” (2007,Grimaldos, Alfredo. Pág. 194)
Franco y Adolfo Suárez, ministro -secreario general del movimiento.
Otro momento clave durante la Transición es el impulso y cobertura que recibe la socialdemocracia por parte de la CIA y del SECED, tanto en Portugal como en España. En el caso español será el PSOE el protagonista, la dictadura tiene el objetivo de hundir al PCEy a los movimientos populares.El contacto del SECED con algunos miembros socialistas para conocer sus planteamientos políticos recibe el nombre de Operación Primavera. La CIA mantiene contacto con miembros socialistas desde finales de los cincuenta, por ejemplo con Múgica. Durante el franquismo la oposición al régimen fue claramente Antonio García Trevijano, alias “Trevijano Maverick” fundador de la Junta Democrática, como demuestran los documentos de la CIA filtrados por Wikileaks y el PCE en la clandestinidad, el PSOE era un partido prácticamente muerto, sin bases sociales férreas y desde el año 1972 la Comisión ejecutiva estaba integrado en su mayoría por miembros de los servicios de información, 9 de los 16 miembros pertenecían al SECED. Desde el SECED se convence a Nicolás Redondo para que deje paso a gente más joven y a pesar de ser propuesto mayoritariamente para acceder a la Secretaría General, no se presenta a la elección. El apadrinado por la CIA y el SECED fue Felipe González, su nombre en clave “Isidoro”, el cual recibe el visto bueno por parte del presidente de la internacional socialista, Willy Brandt -la Fundación Fiedrich Ebert del SPD recibe dinero de la CIA- que se encargará de financiar al PSOE con el dinero que recibe de la CIA. El 14 de septiembre de 1974, el SECED, el cuerpo creado por Carrero Blanco, escolta y propicia los pasaportes a Felipe González, a Guerra y a Múgica para poder ir a Suresnes, en Francia donde se celebra el XIII Congreso del PSOE en el cual Felipe González se hace con la Secretaría General del partido desplazando a Rodolfo Llopís, el cual no reconoce las resoluciones tomadas en Suresnes. El general Manuel Fernández Monzón señala que en este Congreso había más policías y agentes de los servicios de información que militantes socialistas y el plan sale a la perfección. Hay una anécdota que muestra la buena relación entre el régimen franquista y el PSOE. A la vuelta del Congreso de Suresnes, Felipe González es detenido por un guardia civil al que le abroncan por la detención. Como reconoce el comisario Manuel Ballesteros “a los socialistas no se les detenía, a los comunistas, sí”(2007, Grimaldos, Alfredo.Pág. 142). En el año 1979 el PSOE rompe con el marxismo que sirve de guiño a Washington y a Bruselas para poder seguir manteniendo en su programa el rechazo a la OTAN, necesario para éste si quería tener opciones de ganar las elecciones. En el año 1982 cuando González accede al Gobierno se revelan sus verdaderos propósitos, apoya de manera pública los planes de Reagan y a Margaret Thatcher que consistían en instalar en Europa 572 misiles especiales. Tras incesantes manifestaciones populares contra la OTAN, González convoca y celebra el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN en el año 1986 y como no, González y los suyos hacen campaña por el sí movilizando a los medios de comunicación y a diferentes intelectuales. Triunfó la permanencia, pero el referéndum fue un auténtico pucherazo ya que incluso uno de los magistrados de la Junta Electoral Central afirmó que sólo en Galicia, 400.000 votos habían formado parte del pucherazo.
El PSOE cumplió con su papel, aislar a los que proponían la ruptura y así evitar su ascenso y una pérdida del control de la situación por parte de las élites franquistas y estadounidenses en España, afianzó la permanencia de España en la OTAN y la integración de ésta en la Comunidad Económica Europea.
Los mayores oportunistas.
La legitimidad de la Transición la otorga el PCE al aceptar el negociar la Ley de la Reforma Política y al pasar a formar parte de la estructura política. Desde el 1975 la CIA mantiene contactos con el PCE, y en el año 1977 Santiago Carrillo recibirá una invitación para visitar Estados Unidos, será el primer dirigente “comunista” que entre al país, pues los dirigentes comunistas siempre han tenido vetada la entrada. Antonio García Trevijano, cuyo asesinato había sido planeado dos veces en los Consejos de Ministros del franquismo, había sido el fundador de la Junta Democrática, auspiciada por el PCE en el año 1974, que planteaba la formación de un gobierno provisional desvinculado del franquismo, la amnistía total, la independencia judicial y la celebración de un referéndum para elegir la forma de Estado (Monarquía o República). Felipe González hizo todo lo posible por hundir a la Junta, por eso no entró en el momento de su fundación en esta ya que era al que más le interesaba la ilegalidad del PCE. Incluso más adelante el propio González y Fraga mantendrán a Trevijano durante 4 meses en prisión. Trevijano conocía las intenciones del PSOE ya que un buen amigo suyo, Claude Chaisson, miembro del Partido Socialista francés, le había advertido. Y el socialista Múgica le confirma a Trevijano que el PSOE va a pasar por la ventanilla de Arias Navarro. La Junta cede y se fusiona con la Plataforma de Convergencia Democrática, constituida por el PSOE, los democristianos y los socialdemócratas en el año 1975, dando lugar a la Platajunta en el año 1976. Trevijano observa que Carrillo quería seguir la línea política del PSOE y el PCE deja de de lado los objetivos iniciales negociando la Ley de la Reforma política con el Gobierno de Adolfo Suárez, dando muestra de un gran oportunismo y ansia de poder.
Principal opositor del franquismo y ejemplo de honestidad, Antonio García Trevijano.
Juan Carlos, Suárez y Gutiérrez Mellado, es decir, la Corona, la falange y el ejército, se reúnen en secreto junto a Fraga con el fin de hablar sobre la Constitución, sí, ésta fue redactada en secreto por unos procuradores (pequeña comisión de 6 o 7 personas) al servicio del franquismo. Se unen más adelante a ellos el PSOE, el PCE y el PNV. En el año 1977 se legaliza el PCE y finalmente, los franquistas consiguen ejecutan a la perfección su plan, los comunistas entran a formar parte de la estructura política y Carrillo acepta los Pactos de la Moncloa el año 1977, la monarquía y será el mismo quien ejerza de policía desmovilizadora entre los militantes comunistas, cediendo las conquistas de la clase trabajadora que habían conseguido durante años de lucha. Carrillo se excusa en la posibilidad de un Golpe de Estado, cuando no había ninguna posibilidad puesto que Trevijano conocía las posiciones de los altos cargos del ejército al respecto. Se marcan unos límites salariales muy inferiores respecto al aumento del índice de vida, el despido es facilitado y comienza la burocratización del sindicalismo que va a ser subsidiado por el propio Estado y los partidos políticos pasan a ser órganos estatales ya que recibirán parte de los presupuestos generales (oligarquía de partidos).Se instaura un sistema electoral proporcional que beneficia a los grandes partidos (Ley D’Hont).El mismísimo ministro de economía de Suárez, José Luis Leal, agradece a los dirigentes de la izquierda su papel de desmovilización del movimiento obrero en un artículo publicado en el diario El País. Hoy, la clase trabajadora se encuentra más alejada del poder político y social que cuando murió Franco.
Los partícipes del Pacto de la Moncloa.
La transición fue un pacto de élite- el consenso-, la representación de los intereses estadounidenses y atlantistas, no hay una ruptura democrática con el régimen, ha dado lugar a un sistema político en el que la división de poderes es nula, el ejecutivo designa al judicial y el ejecutivo es elegido por el legislativo. Estamos ante un sistema proporcional, no es representativo, en el que las listas de candidatos a diputados son elegidos por las camarillas de los partidos políticos, es decir, los candidatos al poder legislativo son propuestos por los secretarios generales de cada partido por lo tanto no hay soberanía popular sino ratificación de la elección previa que ha realizado la camarilla del partido, por lo tanto observamos una oligarquía de partidos porque los partidos son órganos del Estado, dando lugar a la integración de la ciudadanía en el Estado a través del partido y no a la representación y por lo tanto a una partitocracia. El tribunal de Orden Público pasa a ser la Audiencia Nacional con los mismo jueces operativos que habían ejercido durante el franquismo (sólo cambia el nombre), los cuerpos del Estado y el ejército no son depurados, los mismo torturadores y cómplices de torturas siguen ejerciendo la represión. En la Transición mueren a manos de la violencia del Estado 245 personas y la extrema derecha, amparada, protegida e instrumentalizada por el Estado. Como le dijo Franco al general Vernon Walters “cuando llegue a faltar, todo quede atado y bien atado” (2007, Grimaldos, Alfredo. Pág.20).
Aquí podéis ver una charla que dí sobre el tema: https://www.youtube.com/watch?v=mnWLqyWiLzU&t=6s
Amando Tarí Sirvent
Bibliografía:
Grimaldos, A. (2007). La CIA en España. Ciencias Sociales, Cuba.
Grimaldos, A. (2013). Claves de la Transición para adultos 1973 – 1986. Ediciones Península, Barcelona.
Grimaldos. A (2004). La sombra de Franco en la Transición. Oberon, Barcelona.
Wilhelmi, G. Las otras víctimas de una transición nada pacífica. Universidad Autónoma de Madrid.
Ganser, Danielle (2005). Los ejércitos secretos de la OTAN: la operación gladio y el terrorismo en la Europa Occidental. El viejo topo, España
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