Durante el largo reinado de Isabel II, los británicos dieron continuidad a su histórica tradición imperialista de hostigamiento y ataques a países con voluntad soberanista. Esta política llevó destrucción y miseria a distintos puntos del mundo.
Durante el largo reinado de Isabel II, los británicos dieron continuidad a su histórica tradición imperialista de hostigamiento y ataques a países con voluntad soberanista. Esta política llevó destrucción y miseria a distintos puntos del mundo.