Asesinato de Carrero Blanco: de ETA nada: ¡fueron los servicios secretos españoles y americanos!

Dentro de nuestras particulares celebraciones por el día del trabajo iluminati (*), y ya casi a dos de mayo, día también significativo, enviamos hoy una de las piezas que faltan en la historia reciente de España.

 
Se trata de un pasaje de un libro de un agente doble español-americano que relata en primera línea la participación de los servicios secretos españoles y americanos en el atentado contra Carrero Blanco. Adjuntamos un documento con algunos detalles adicionales junto con fotocopias del libro original, y sólo lo principal en el cuerpo de este mensaje.
 
Rogamos máxima difusión.
 
(*) El día del trabajo se celebra «casualmente» el mismo día que se fundó la orden de los iluminati, el 1º de mayo de 1776.

LOS SERVICIOS SECRETOS EN EL MAGNICIDIO DE CARRERO BLANCO

Contexto internacional

A continuación un extracto del libro “Les vrais maîtres du monde” (Los verdaderos amos del mundo) de Luis Miguel González-Mata, ex-agente doble para España y EEUU. Es un libro curiosamente nunca editado en español. y que habla del Club Bilderberg y el Nuevo Orden Mundial ya en 1979. González-Mata no identifica en el texto a qué país pertenece la embajada que participa en el magnicidio de Carrero Blanco, pero la descripción que da de su situación respecto a la iglesia que frecuentaba Carrero (frente a la parroquia de San Francisco de Borja de los Jesuítas en la c/ Serrano 104 de Madrid), evidencia que se trata de la embajada de EEUU.

González-Mata trabajó como agente secreto doble, al servicio de España y de EEUU, por lo que su relato parece el de alguien que lo ha vivido muy de cerca y tiene una gran cantidad de información. Ver artículo de Wikipedia sobre González-Mata al final de este escrito o en:

http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_M._Gonz%C3%A1lez-Mata

Tampoco se debe tomar esta versión al pie de la letra, en el sentido de que según ésta, parecería que los EEUU se habrían “sumado” a un plan en marcha. Tal cosa parece completamente inverosímil. En el caso de un total desconocimiento entre los etarras y los servicios norteamericanos, lo más creíble es que los etarras hubieran huído nada más sentirse descubiertos. Hay que hacer notar en este punto la tradicional relación de colaboración a principios del s. XX del nacionalismo vasco con los EEUU, trabajando estos como espías para los americanos en suramérica durante este periodo. Arana felicitó a EEUU por la independencia de Cuba, y en 1945 1.000 gudaris del PNV fueron entrenados en un palacio de los Rothschild a las afueras de París durante seis meses a sueldo del ejército americano con el fin de derrocar a Franco. Ver “El caso de los comandos Vascos” al final de este escrito o en: http://www.euskonews.com/0099zbk/gaia9902es.html

También hay que tener en cuenta la fuerte disputa entre Madrid y Washington en ese momento por el deseo irrenunciable de Madrid de desarrollar armamento nuclear (con ayuda técnica de Francia y con expresa oposición de EEUU). Francia acababa de plantarse ante la política americana de devaluación del dólar (que Francia estaba obligada a aceptar), ante lo cual el país galo se plantó y exigió a EEUU la conversión de sus dólares en oro, momento en el cual Nixon da por finiquitado el patrón oro.

Carrero Blanco era precisamente el hombre que estaba detrás del programa armamentístico nuclear español desde 1945, año de Hiroshima y Nagasaki. Carrero veía en este armamento la única posibilidad de que España conservara su independencia (último privilegio de la potencia que fue) y no fuera subyugada por potencias extranjeras. En esta época también sucede la pérdida del Sáhara. En la marcha verde, los “civiles” que participaron en la misma ondeaban banderas de Marruecos junto con las de EEUU, demostrando así el apoyo de EEUU a su causa. EEUU además perseguía la pérdida de la tradicional independencia de España y su ingreso en la OTAN, y sobre todo, la firma por España del tratado de no proliferación de armas nucleares, para evitar que España las desarrollase en el futuro, lo que le hubiera dado independencia política. La firma de ese tratado es probablemente la causa de fondo del 23-F, ya que Suárez no quería el ingreso en la OTAN. El golpe del CESID del 23-F probablemente se preparó contra él, aunque cuando ocurrió ya había dimitido. Tanto Calvo-Sotelo como Felipe González estaban a favor de la entrada de España en la OTAN. El tratado de no proliferación de armas nucleares se firmó precisamente el 23 de febrero de 1981, día del 23-F. Es una circunstancia completamente anómala dada la emergencia nacional aparentemente “inconexa” con este tratado, lo que aconsejaría posponer cualquier acto relevante hasta tener calma interior. Por el contrario, la firma tan apresurada del acuerdo de no proliferación puede haber sido una condición exigida por EEUU para permitir la normalización del país tras el golpe del 23-F, que probablemente habría sido diseñado para desalojar del poder al obstáculo para su firma que representaba Suárez.

A continuación el extracto del libro de González-Mata.

Libro “Les vrais maîtres du monde” de Luis Miguel González-Mata, Editions Grasset & Fasquelle, 61, rue des Saints-Pères, 75006 Paris

1979 – ISBN 2-246-00733-X

TRADUCCION DEL TEXTO ORIGINAL EN FRANCES:

CAPÍTULO II

EL ASESINATO DE CARRERO BLANCO

Ya en diciembre de 1972 (¡un año antes del ataque!) técnicos de los servicios de seguridad de un país poderoso «amigo» del gobierno español, gracias a sus sistemas de protección alrededor de la sede de su embajada, notaron la presencia sospechosa en las inmediaciones de esta representación diplomática de varios individuos «por el decorado» (1).

Su investigación se inició como una rutina: su misión en Madrid era principalmente proteger las instalaciones y el personal. El jefe del servicio, después de comprobar las grabaciones de vídeo realizadas durante los últimos días por las diferentes cámaras instaladas fuera de la embajada, encontró la presencia de sospechosos que no estaban relajados, y ordenó una serie de investigaciones complementarias destinadas a saber:

– Si los «sospechosos» eran residentes del barrio;

– Si se trataba de trabajadores que tomaban el mismo autobús todos los días para ir a trabajar y volver;

– Si sus horarios en la parada de autobús (que se encuentra precisamente junto a una de las dependencias de la embajada) eran o no regulares.

Unos días más tarde, las respuestas fueron: No, los sospechosos no vivían en la zona. No, su presencia no coincide con ningún horario de trabajo ni con días laborables. No, no

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(1) Todas las particularidades presentadas en este capítulo figuran en nuestra obra Terrorismo Internacional. Ha sido reproducidas por decenas de publicaciones en España: Triunfo, Cambio 16, ABC, Mundo, Heraldo de Aragón, Correo Catalán, Baleares, Dicen, El Alcazar, Norte Expres, Diario de Barcelona, Ya, Correo de Andalucía, Correo Español, Las Provincias, Voz de Galicia, Diario de Navarra, Norte de Castilla, Avisos, Diario de Cádiz, Voz de Asturias …

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112 Los verdaderos amos del mundo

volvían de noche en autobús. Aunque a veces se quedaban más de quince minutos de la parada de autobús, se iban a pie.

A la vista de dicha información significativa, el oficial de seguridad ordenó un segundo estudio sobre los siguientes puntos:

– ¿Se trata de malhechores que preparan un «golpe» contra un banco o una empresa situada en las proximidades de la embajada?

– ¿O bien un comando político preparanado un ataque o una operación contra la embajada o cualquiera de sus miembros?

Rápidamente se elimina la segunda hipótesis. Nada en la actitud de los sospechosos indica que estén interesados en la embajada o el personal. Sin embargo, parece que a veces ojeadores entran en una iglesia cercana, donde, casi a diario, una alta personalidad del gobierno español iba a misa, precisamente en el momento en que aparecían los sospechosos.

El jefe de seguridad de la embajada después de esto pensó que se trataba de un dispositivo de protección desplegado por los servicios secretos españoles en torno a esta personalidad. Amigo y colaborador de los servicios españoles (cuyos especialistas fueron formados en gran medida en su propio país), este «diplomático» curioso continúa su investigación con el fin de identificar el servicio de seguridad hasta ahora desconocido para él. No encuentra ninguna pista. Nada en la investigación permite pensar que se trate de agentes de seguridad.

A través de sus contactos en la Dirección General de la Seguridad y de otros servicios españoles, el «diplomático» intenta establecer la identidad de los sospechosos (proporciona las fotografías a su contacto español, pero sin explicar claramente las razones de su curiosidad). Se le dice que son militantes del movimiento separatista vasco ETA.

Nuestro «diplomático», confiado en la eficacia de sus amigos, piensa que los servicios secretos españoles han detectado el movimiento ETA prepara un atentado contra el dignatario que asiste a la iglesia, y después de haber organizado una vigilancia discreta, se preparan para detener todo el comando después de descubrir la identidad de todos sus miembros y la dirección de sus escondites.

Mientras tanto, «a todos los efectos», el «diplomático», informa de lo anterior a su central. Sus líderes le responden que continúe interesándose en el caso, pero utilizando para hacer esto, elementos de sus propios servicios secretos, establecidos en España como «estudiantes» matriculados en una universidad ubicada en el País Vasco.

Por su parte, los servicios de enlace españoles aseguran al «diplomático» que ellos están al corriente de la presencia de estos «terroristas» y que se encargan del asunto.

 

El asesinato de Carrero Blanco 113

Por lo tanto, al final del año 1972 el comando vasco que atentará contra la vida del jefe del gobierno español un año más tarde, trabajaba y conspiraba bajo la atenta mirada de los dos servicios secretos: el tercer grupo del servicio de enlace y coordinación española, y el grupo «vasco» destacado en Madrid por los superiores del diplomático extranjero.

A partir de entonces, y hasta el día del atentado (diciembre de 1973), otros dos servicios secretos entran en juego, y los servicios secretos españoles intervendrán más de una vez ante sus colegas de la seguridad y la policía española para que los «terroristas» no sean detenidos o perturbados.

El autor tiene en sus archivos una amplia evidencia de lo que dice aquí, especialmente respecto a los siguientes puntos:

– En enero de 1973, nuevos terroristas son localizados en Madrid (su presencia es el asunto de mensajes de radio de la policía). No hace nada para interceptarlos.

– En febrero del mismo año, un especialista en la Policía española, trabajando habitualmente para su antena francesa descubre por casualidad en una cafetería madrileña a miembros de ETA buscados por la policía. Informa a sus superiores que simplemente le dicen que el caso depende de Madrid y que no debe interferir.

– En marzo de 1973, en una armería cerca de la Dirección General de Seguridad, un inspector del servicio de información (información general) observa a un joven que compra esposas y municiones. Al principio, él piensa que es uno de sus colegas, pero en la calle, este joven se une a unos jóvenes cuyo comportamiento no es familiar. Él les sigue hasta su lugar de residencia, hace una indagación discreta en la conserjería, los comerciantes, etc, que le lleva a la conclusión de que son criminales o terroristas. Él advierte a sus superiores pidiendo varios coches patrulla y agentes para «proceder a los arrestos.» Para su sorpresa, en vez de los coches y los agentes solicitados, llega un inspector que le dice secamente que ¡este es un caso de los servicios especiales y que no se involucre!

– En abril de 1973, los servicios de protección de un convoy de material radiactivo de la central nuclear de Zorita en su camino detectan una serie de disparos de armas automáticas. El guardia que contactan para informar, como hay que hacer, les dice que son «hijos de papá» que con frecuencia vienen a practicar tiro. Se comunica el número de matrícula de su coche. Se informa detalladamente a los diferentes departamentos de la policía española que se pasan el caso entre sí, nadie quería incurrir en la ira de algún «pez gordo» del régimen.

114 Los verdaderos amos del mundo

Una investigación realizada por los servicios secretos revela que el coche en cuestión fue alquilado a una agencia de Madrid y que «otros policías ya se habían interesado en la persona que lo había alquilado.» Gracias al número de teléfono dado al director de la agencia «en caso de imprevistos» los servicios de información entran en contacto con el servicio de enlace (2) donde se les dijo «que no tomaran ninguna iniciativa en casos similares sin advertirles, que la seguridad del Estado es de su competencia… «

– En mayo de 1973, los servicios de seguridad de la Embajada cercana a la iglesia que frecuenta Carrero Blanco decidieron instalar un micrófono en una de las casas de los separatistas de ETA. Cuando su equipo entra en el apartamento para hacerlo, el conserje del edificio da la alerta. El vigilante nocturno (3) corre y dispara sobre los que toma por ladrones. Advertida la policía, buscan a los inquilinos para que presenten una denuncia. Luego se descubrió solamente ocupan el piso de forma ocasional, y tienen otros tres. La brigada criminal entra en el apartamento visitado por los «ladrones» y descubre armas, panfletos subversivos, placas de matrícula falsas, productos químicos y otros materiales para la fabricación de documentos falsos. Se alerta a los servicios especiales que les retiran del caso recomendándoles «no alarmar a los inquilinos pues ellos mismos están siguiendo el caso desde hace algún tiempo y controlan totalmente la situación.»

En junio del mismo año, aprovechando un viaje de los sospechosos, el «diplomático» ordena que se instale una «sonorización» en el apartamento (4). Los técnicos encargados del trabajo encuentran en el lugar un equipo electrónico ya instalado, que proporcionado por su propio país a los servicios españoles, les permite conocer que los servicios de enlace controlan ya las conversaciones de los activistas de ETA.

– Septiembre de 1973: los sospechosos robaron un coche (¡mientras

(2) El «servicio de enlace» es una organización creada por Carrero Blanco a fin de coordinar el trabajo de los distintos servicios secretos españoles. Directamente dependiente del presidente del Consejo, sus agentes tienen poderes ilimitados en relación con otras policías. Los lectores interesados en el tema encontrarán un organigrama detallado de todos los servicios secretos españoles en este periodo en el libro “Cisne” (N del T: libro del mismo autor, Luis Miguel González-Mata)

(3) En las ciudades españolas, hay un servicio de vigilancia nocturna propio de cada barrio. (N del T, los “serenos”).

(4) en el argot de los servicios, la «sonorización» designa una instalación de radiotransmisión que permite escuchar todo lo que se dice en una habitación. La escucha se hace mediante un dispositivo instalado en los alrededores, ya sea en un vehículo o en otra habitación.

 

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están siendo vigilados y protegidos por el servicio secreto!) y cometen un robo a mano armada en una armería en Madrid. Cuando entran en la tienda, el propietario está precisamente hablando por teléfono con un coronel de la Guardia Civil que oye decir: «¿Esto es un atraco? Lo siento, pero no tengo dinero en efectivo en la caja! «

El Coronel advierte al servicio del 091 (Policía Nacional) que emite un mensaje de radio para todas las patrullas. Mientras que dos coches de policía van en dirección al lugar de los hechos, son interceptados por agentes del servicio de enlace que les piden que desaparezcan, diciendo que «ellos tienen la situación bajo control, es una cuestión Estado y que, para no provocar víctimas inocentes, intervendrán fuera de la ciudad»…

Al día siguiente, los periódicos publicaron la noticia del atraco, diciendo que los bandidos utilizaron un coche marca SEAT (lo cual es falso) y proporcionan una descripción fantasiosa de los autores del atraco.

– En octubre de 1973, gracias a los instrumentos de escucha instalados en el apartamento de los sospechosos, el «diplomático» descubre que están preparando un atentado contra Carrero Blanco. No comprendiendo nada la actitud de los servicios secretos españoles, lanza un «sondeo» que le demuestra que los servicios secretos españoles saben que se aproxima un atentado y que estos servicios, desviados de su misión para con una autoridad del aparato del estado español, protegen a los terroristas. A un muy alto nivel, hay por tanto complicidad con el atentado.

Sus propios superiores informados de esto, y teniendo en cuenta que la desaparición de Carrero Blanco facilitaría la aplicación de la estrategia de su país en España y Portugal, le ordenan a él y a sus agentes, «tomar todas las medidas para garantizar que este atentado tenga éxito». Pero todo debe probar que el atentado «ha sido obra de terroristas separatistas».

– En noviembre de 1973, los terroristas alquilan una habitación en un sótano, en una calle que toma cotidianamente Carrero Blanco. Los vascos comenzaron a cavar un túnel donde depositarán los explosivos.

– A principios de diciembre, los servicios de seguridad de otra embajada situada en el barrio detectan ruidos subterráneos sospechosos durante la noche. Cuando, a su vez, llevan a cabo una investigación y localizan el origen del ruido, los servicios de seguridad del «diplomático» intervienen para hacerles entender que ellos también se ocupan ya del caso…

El 19 de diciembre, los terroristas abandonan del sótano desde donde sale el túnel lleno de explosivos. Los agentes del «diplomático» se introducen allí y luego depositan dos cargas anticarro con detonador electrónico.

 

Al día siguiente, en el momento de la explosión, dos equipos de detonación trabaja al mismo tiempo: «terroristas vascos» y empleados del «diplomático» de un país occidental «amigo de España»…

 

El 20 de diciembre (día de la explosión en que perecen Carrero Blanco y dos policías), la portera del edificio trae a los «terroristas» los panecillos que habían pedido, y es recibido por jóvenes armados con ametralladoras.

 

Por denuncia de la portera, la policía puede recuperar las armas, tomar las huellas digitales y elementos de «prueba»… Por tanto, a pesar de estos y de un seguimiento de un año, la policía difunde como fotografías de los «terroristas» las de personas que no participaron directamente en el atentado. ¡Otra prueba de la protección con que los servicios secretos fueron capaces de rodear a los instrumentos providenciales de sus propios planes!

 


 

3 comentarios sobre “Asesinato de Carrero Blanco: de ETA nada: ¡fueron los servicios secretos españoles y americanos!

  1. Muy interesante. Muchas gracias. He tratado de comprar el libro de González-Mata pero está descatalogado. ¿Sabrías dónde conseguirlo?
    Un saludo

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  2. El antiguo espía franquista Luis M. González-Mata era un novelero, Y su hermano Arturo puso las bombas del DRIL de finales de junio de 1960 en Barcelona. Bombas que ahora propagandísticamente se atribuyen a ETA porque en San Sebastián murió una niña: Begoña Urroz. Es muy curioso: en julio/agosto de 1960 detuvieron brevemente a Arturo junto con Eloy Gutiérrez Menoyo y más gente del DRIL en Lieja (Bélgica), pero Luis no dice nada de eso en «Cisne».

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